Reseña: Peter Hook en el Lunario o cómo entender la importancia de Stephen Morris


Peter Hook en el Lunario o cómo entender la importancia de Stephen Morris

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Pasaron 3 meses para que me volviera a topar con un concierto de Peter Hook. La vez pasada fue un repaso a la discografía de Joy Division en una iglesia anglicana del siglo XVIII y en ésta ocasión, el bajista de Salford llegó al lunario del Auditorio Nacional para revalorizar los primeros dos discos de New Order: Movement y Power, Corruption & Lies.

Más allá de la gran sorpresa de 45 minutos en los que Peter Hook y compañía se hicieron llamar Slaves of Venus para tocar 8 piezas de Joy Division

Más allá de que Peter Hook es un original con un sello único e irremplazable…

Más allá del calor infernal en el lunario..

Más allá de lo denso y confuso que es Movement…

Más allá de la gran obra que es Power, Corruption & Lies…

Más allá del buen trabajo y respeto que The Light ofrece a la obra Joy Division y New Order…

Más allá de los lados b y sencillos adicionales que nos regaló…

Más allá de las playeras que aventó al público…

Más allá de que el 99% del concierto,  Peter Hook delegó el mando a su hijo en el bajo…

Más allá de que Peter Hook tenga problemas para tocar  un instrumento como la melódica…

Más allá de revalorizar el sonido que Gillian Gilbert ha aportado a New Order en más de tres décadas…

Más allá de entender y apreciar los primitivos y elementales pero eficaces riffs que Bernard Sumner ha brindado…

Más allá de las reseñas plagadas de errores y clichés que hay sobre este concierto…

Más allá de las 3 horas que duró el recital…

Más allá de las 32 canciones que nos regalaron…

Más allá de “Temptation” y el Lunario queriendo convertirse en The Haçienda…

Más allá de “Blue Monday”…

Más allá del encore con “Love Will Tear Us Apart”…

Más allá de todo….sí se prestó atención a lo que Paul Kehoe – baterista de The Light y encargado de rendir tributo a Stephen Morris – brindó por casí 3 horas, no es poca cosa. Definitivamente, la batería de Joy Division y New Order requiere de una condición física notable, una precisión perfecta y un ritmo que es tan monótono y veloz, que si no se tiene la habilidad y condición, las cosas pueden salir mal. Kehoe sudó, volvió a sudar, exhaló y terminó exhausto. Lo hizo bien pero no cómo sólo alguien puede hacerlo. Cada pieza es un reto, una carrera de notas, calorías que se queman al instante y golpeteos influenciados por el Krautrock que crean un sonido único y envolvente.

Qué importante fue Stephen Morris para Joy Division y New Order. Es cierto que no es el baterista más completo, versátil y virtuoso en Inglaterra pero lo cierto es que sí se pone atención a su obra, se puede llegar a la conclusión de que el baterista de Macclesfield, es un autentico original, un atleta de alto rendimiento y un músico que aportó todo un nuevo sonido con el concepto de dar jornadas maratónicas, repetitivas, monótonas pero tan salvajes, fantasmales y directas en cada canción que permite una mezcla perfecta con el sonido de los demás integrantes. Cada canción de Joy Division y casi todas las de New Order tienen algo en común: la persistencia y velocidad en la batería de Stephen Morris.

Es cierto, fue un gran concierto pero  si lo que Peter Hook busca es repasar las obras que han sido olvidadas por New Order desde hace varios años, también y aunque tenga problemas con el resto de los integrantes, es una oportunidad para entender y apreciar lo que cada miembro ha aportado a una agrupación legendaria.

El resultado: Claramente, ninguno sale sobrando. Todos son indispensables, originales e irremplazables pero démosle el crédito a uno de los mejores bateristas que Inglaterra ha dado. Tristemente, también uno de los infravalorados.

A veces la genialidad está en la simpleza de las cosas, en la persistencia y en los detalles como bien nos lo hace saber Stephen Morris.

Setlist:

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Alejandro-

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