Keith Richards: 70 años de venderle su alma al diablo


KEITH RICHARDS: 70 AÑOS DE VENDERLE SU ALMA AL DIABLO

Esa figura calavérica que parece tener 500 años y que incita a pensar en un pacto con el diablo.

Esas arrugas que denotan los excesos, la fama, el tiempo que avanza y el lugar entre los más grandes.

Ese sonido que obtiene, que reinventa, que proviene de lo más oscuro del blues y que nos remonta a sus idolos: Jimmy Reed, Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Little Walter, B.B. King Chuck Berry.

Esos riffs, tan indispensables, tan característicos, tan únicos, tan llenos de historia y de influencias que lo han llevado a ser considerado como el “mejor guitarrista rítmico de todos los tiempos”.

Esos legendarios excesos en los que únicamente superdotados o adictos de tiempo completo como lo fueron Iggy Pop o Ronnie Wood, podrían entender.

Ese inadaptado de Dartford, Inglaterra, que sobre expuso a niveles mediáticos masivos, el decadente y seductor estilo de vida de un rockstar como nunca nadie lo había hecho.

Esa estética tan copiada en el rock.

Esos escándalos y arrestos documentados que enaltecieron a Los Rolling Stones con el honroso título de “la banda más peligrosa del mundo”.

Su estilo de vida, estética y sonido, personifican y definen al rock como nadie lo había hecho. Su figura; sinónimo de excesos, de rebeldía, de autodestrucción y de talento, también encapsula la esencia del rock y le da una cara que materializa la contracultura de uno de los movimientos socio culturales más importantes del siglo pasado.

Sus conciertos, la discografía de los Stones y riffs como los de “Honky Tonk Women”, “Get Off Of My Cloud”, “Street Fighting Man”, “Tumbling Dice”, “Jumpin’ Jack Flash” o “Gimme Shelter”, comprueban que el riffmaster, pone su genio en la emoción y no en el virtuosismo, en el feeling y no en la velocidad, en la efectividad pero no en la cantidad, en saber bien cuándo tocar pero en saber mejor cuándo callar, en saber como apoderarse del escenario pero también en saber delegar protagonismo y en opacar a uno de los mejores frontmans de la historia por genialidad y no por presunción.

Felicidades al riffmaster,  70 años de venderle su alma al diablo.

Alejandro-

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